Vigotsky. Tª Sociocultural III

 
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Desarrollo Sociocultural

Vigotsky orientó su psicología  a partir del principio formulado por Marx sobre las relaciones sociales, a las que otorgaba el papel fundamental en la comprensión de la psicología humana.

Afirma que es la sociedad, en primer lugar, y no la naturaleza, el factor determinante de la conducta del hombre. En ello consiste toda la idea del desarrollo cultural. El dominio socio-histórico es el principal responsable del desarrollo cultural del comportamiento, las funciones psíquicas superiores y el pensamiento, junto con el dominio de los medios externos.   A la vez,  el desarrollo psicobiológico del niño es la base indispensable para el desarrollo cultural.

Podemos observar la influencia de Marx en Vigotsky cuando dice: Parafraseando una conocida idea de Marx, podríamos decir que la naturaleza psicológica humana representa la superposición de las relaciones sociales interiorizadas que se han transformado en funciones para el individuo y en formas de la estructura individual. (Vigotsky en Werstch, 1995)

El proceso de desarrollo cultural supone un cambio fundamental en la estructura psicológica inicial humana, en cuya base aparecen nuevas estructuras que transforman las existentes. Las estructuras primitivas corresponden a un todo psicológico natural con las características que determina la biología. Dichas estructuras forman un complejo dinámico integrado, en el que la reacción y los estímulos del sujeto se encuentran en un mismo plano, además de incluir una afectividad relevante.

Las segundas estructuras, que proceden del desarrollo cultural, suponen una conducta superior genéticamente más compleja.  Es un nuevo tipo de comportamiento que se diferencia del desarrollado  biológicamente. El nuevo tipo de comportamiento que surge de la influencia histórica de la humanidad corresponde a las funciones psicológicas superiores.

Vigotsky parte de la consideración de Pavlov sobre el uso de señales como actividad básica en ambos hemisferios cerebrales, similar tanto en el comportamiento humano como en el animal. Sin embargo, dada la actividad nerviosa superior del cerebro humano, afirma que la conducta del hombre se diferencia esencialmente de la conducta animal en el hecho de la creación de señales a partir de estímulos artificiales.

Así, para Vigotsky, la diferencia entre la conducta humana y la animal consiste en la superioridad del cerebro humano y su actividad nerviosa superior. El cerebro humano es, además, superior por corresponder a un ser social en el que la actividad nerviosa  actúa y se manifiesta en la personalidad humana.

Considera como hecho confirmado en la psicología histórica y en el evolucionismo que todas las funciones psíquicas y fisiológicas elementales del hombre primitivo   -percepciones, movimientos, reacciones, etc.-  no se diferencian de tales funciones en el hombre culto.

En el proceso de desarrollo histórico las funciones psicofisiológicas elementales apenas se modifican, sin embargo, las funciones superiores (pensamiento verbal, memoria lógica, formación de conceptos, atención voluntaria, etc.) experimentan grandes cambios. La diferencia entre ambos procesos consiste en que las funciones psíquicas superiores se desarrollan manteniendo  el  mismo tipo biológico.

Por tanto, el comportamiento de un hombre actual inmerso en la cultura, responde a dos tipos de desarrollo psíquico: al desarrollo biológico evolutivo de la especie animal que llevó a la aparición del Homo Sapiens y al desarrollo histórico por el que el hombre primitivo adquiere la conducta que  proporciona la cultura social.

Las nuevas conductas originadas por la cultura modifican la actividad de las funciones psíquicas, de esta forma se crean nuevos niveles en el sistema del comportamiento humano en desarrollo. Como resultado, el  hombre social transforma sus inclinaciones y funciones naturales y elabora formas de comportamiento específicamente culturales.

Dicho de otro modo, el desarrollo humano tiene una naturaleza cambiante: el desarrollo natural produce funciones con formas primarias y el desarrollo cultural las transforma en superiores. Así  la evolución orgánica, gobernada por la selección natural, es sustituida por una única línea de desarrollo, la socio-histórica, gobernada  por la transmisión de la cultura.  

El desarrollo del comportamiento humano comienza donde termina la evolución biológica, consiste en el desarrollo histórico-cultural de la conducta que corresponde a todo el camino histórico de la humanidad, desde el hombre primitivo, semi-salvaje, hasta la cultura contemporánea. (Vigotsky 1931)

Según Werstch (1995),  además de las relaciones sociales mencionadas como creadoras de los procesos psicológicos individuales, Vigotsky añadió el concepto  de  influencia de los principios sociológicos que proceden de las instituciones sociales, concepto también de origen marxista.

Los principios sociales institucionales son los socioeconómicos, principios del valor de cambio y bienes de consumo. En este tipo de funcionamiento  social, los individuos no se guían simplemente por su voluntad y sus propios procesos psicológicos, por ello su influencia y  participación social requiere la explicación de los diferentes principios que la rigen.

Sin embargo, Vigotsky descuidó la  atención hacia los principios sociales institucionales y explicó los orígenes sociales de la conciencia humana sin tenerlos en cuenta, centrándose en las fuerzas sociales no institucionales.

Actividad  Mediadora: Herramientas y Artefactos. La significación

En su teoría, Vigotsky señala el uso de herramientas por el hombre como fundamental para posibilitar una actividad ilimitada. Este hecho constituye la superioridad del ser humano al compararlo con los animales. La mano extiende su capacidad de acción y, del mismo modo lo hace el cerebro de forma infinita, lo que le permite alcanzar otras posibles formas de conducta.

Preparándose para el primer empleo de las herramientas, el niño actúa con un objeto sobre otro y manifiesta su intención de conseguir algo con ayuda de algún objeto (….) es el primer paso que da por sí solo en la vía del descubrimiento y utilización de las herramientas que realiza a finales del primer año. (Vigotsky, 1931).

Siguiendo a Kapp, Vigotsky critica el abuso del sentido figurado o metafórico  con que se utiliza la palabra herramienta ya que dificulta la comprensión real de su verdadero significado al interpretarse de forma literal. Afirma que se toman por psicológicos determinados fenómenos que no lo son, poniendo por ejemplo la técnica.

La comparación entre ambos –signos y herramientas- se debe a la similitud en su función mediadora entre el hombre y la ampliación de sus funciones, ya sean externas, relativas a lo material en cuanto a las herramientas;  o psicológicas, relativas a operaciones psíquicas en cuanto a los signos o artefactos creados por el hombre.

La vida social de la humanidad ha desarrollado  sistemas complejos de relación psicológica para facilitar la actividad laboral y la relación entre  los hombres, sin los cuales sería imposible la vida humana. En este sentido, Vigotsky establece  la diferencia esencial entre signo y herramienta en su distinta orientación:

Las herramientas están orientadas desde fuera como medios de trabajo  para dominar los procesos de la naturaleza, provocando cambios en los objetos. La herramienta es el medio de la actividad exterior del hombre.

Los signos, son  adaptaciones artificiales o artefactos,  orientados hacia adentro, por los que el hombre  influye en la conducta de sí mismo y de los demás. La actividad interior que proporcionan los signos es la actividad fundamental que diferencia, psicológicamente, al hombre del animal.

Para la adaptación al medio tiene esencial importancia la transformación activa –no pasiva- de la naturaleza del hombre, que corresponde a la base de toda la historia humana e incluye cambios en la conducta. Los signos-artefactos constituyen cambios que proceden del hombre, por tanto, son cambios de naturaleza social. No solo la naturaleza produce cambios en el hombre, sino que el hombre produce cambios en la naturaleza y en sí mismo.

El fundamento más esencial y más próximo del pensamiento humano es, precisamente, la transformación de la naturaleza por el hombre y no la naturaleza por sí sola, la naturaleza en cuanto  tal. La inteligencia humana ha ido creciendo en la misma proporción en que el hombre iba aprendiendo a transformar la naturaleza.» (Engels en Vigotsky, 1931)

Actividad Nerviosa y Sistemas de Señales

La organización de la actividad nerviosa superior es la premisa indispensable para la regulación externa de la conducta. La transformación activa y los cambios de la conducta humana provocan la creación de sistemas de señalización que consisten en medios de conexión con la actividad cerebral.  Los medios de conexión psicológica son los signos, es decir, los estímulos creados artificialmente.

El conjunto de signos o sistemas de señales facilita  el paso desde la influencia social, exterior al individuo, a la influencia social, interior del individuo; lo que produce una nueva forma de relación entre ambas influencias:   el principio de significación.

Vigotsky define la significación como la creación y el empleo de los signos, es decir, de señales artificiales. Los signos son estímulos o medios artificiales, artefactos introducidos por el hombre en la situación psicológica. Los signos cumplen la función de auto-estimulación y se utilizan como medio para dominar la conducta —propia o ajena— al formar nuevas conexiones en el cerebro humano.

Por tanto, mediante la introducción de los signos- estímulos artificiales- el hombre da significado a su conducta, la cual se supedita a su propia voluntad. Con la ayuda de los signos, que actúan desde fuera  hacia adentro, crea  nuevas conexiones en el cerebro, lo dirige y, a través de él, gobierna su propio cuerpo.

La introducción de los signos constituye un nuevo principio de determinación de las reacciones humanas, el principio psicológico de significación. Gracias a la significación el hombre establece una relación recíproca entre el dominio de la naturaleza y el dominio exterior de la conducta.  El hombre  transforma la naturaleza transformando, a la vez, su propia naturaleza.

«Al actuar sobre la naturaleza externa, al modificarla, el hombre modifica al mismo tiempo su propia naturaleza —dice Marx-.- Despierta las fuerzas que dormitan en ella y subordina la dinámica de esas fuerzas a su propio poder» (C. Marx, F. Engels, en Vigotsky, 1931).

Siguiendo a Pavlov, Vigotsky considera la corteza de los hemisferios cerebrales, el neocortex, como un grandioso cuadro de señales  creado por el hombre. Así el hombre ha conseguido dominar desde fuera la actividad de la corteza cerebral y dirigir su comportamiento.

El lenguaje es el sistema  de relación social más importante. «La palabra —dice Pavlov—está en relación con todos los estímulos externos e internos que llegan a los grandes hemisferios, señaliza a todos, sustituye a todos y puede provocar, por ello, todas aquellas acciones y reacciones del organismo que dichos estímulos condicionan.» (Pavlov  en Vigotsky, 1931).

Así, afirma Vigotsky que  en el desarrollo psíquico del ser humano tuvo lugar el perfeccionamiento y complicación del más grandioso cuadro de señales.  A partir de la estructura y las funciones del aparato nervioso el hombre elaboró  y adquirió el signo mediador por excelencia, el lenguaje, llave del cuadro.

Las palabras no son solo signos lingüísticos, no son solo reemplazantes de las cosas, son sustitutos convencionales. Tras los significados de las palabras se oculta la práctica social, la actividad transformada y cristalizada en ellos y es solo en el proceso de la actividad donde se va revelando al hombre la realidad objetiva. (Leontiev, 1984)

Funcionamiento Psicológico Superior

En resumen, la significación corresponde a  la actividad superior que, como premisa biológica, produce la formación de vínculos entre el organismo y el medio. Los instrumentos o signos psicológicos se interiorizan y  añaden  nuevas facultades a las biológicas dotadas por la naturaleza. De este modo la mediación simbólica produce cambios evolutivos  que contribuyen  al desarrollo de la inteligencia humana.

La creación y utilización de signos o señales artificiales es la condición para el desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Su uso permite al  hombre realizar una actividad consciente y ser también consciente de la actividad de otras personas. El funcionamiento psicológico elemental, inconsciente en cuanto a la modificación del entorno natural, es superado gracias a la mediación simbólica.

Cuando un signo se emplea por primera vez, supone la salida de los límites de la actividad orgánica de cada función psíquica. Con los medios auxiliares-signos- comienza la actividad mediadora que reconstruye la operación psíquica tal como las herramientas modifican y amplían la actividad natural externa.

Así se amplía infinitamente el sistema de actividad de las funciones psíquicas. Lo que denominamos con  el término de función psíquica superior o conducta superior. (Vigotsky, 1931).

Las funciones psicológicas superiores tienen origen  y naturaleza social ya que  la sociedad determina el comportamiento humano. Mediante el desarrollo cultural  histórico el hombre modifica totalmente su adaptación al medio y desarrolla sus “órganos artificiales”  -las herramientas en sentido figurado-  sin modificar sus órganos ni la estructura del cuerpo.

El funcionamiento psicológico superior precisa, para su desarrollo, la integridad del aparato psicofisiológico del niño para desarrollar las formas especiales de comportamiento, formas que se han originado a lo largo del proceso histórico de la humanidad. Las formas creadas por la cultura  suponen la continuación cultural de las funciones psicofisiológicas naturales, a semejanza de las herramientas como prolongaciones de los órganos.

En consecuencia, la mediación sobrepasa los límites biológicos  y origina un sistema de conducta cualitativamente diferente que surge a partir de las operaciones con instrumentos y  signos. Al mismo tiempo, al ser producto de las condiciones específicas del desarrollo social, crea la conciencia e inteligencia humanas.

Es el propio hombre quien  crea el nexo y las vías de su reacción; es el hombre quien modifica la estructura natural y supedita a su poder los procesos de su propia conducta con ayuda de los signos. (Vigotsky 1931).

El lenguaje es el signo mediador por excelencia, imprescindible en el desarrollo psicológico. El habla, desarrollada socialmente a partir de la actividad y la organización del trabajo para la comunicación entre los hombres, era considerada por Vigotsky como el sistema de signos cuya aparición produjo la distinción entre ser humano y animal. Del mismo modo, el habla interna es  la proyección interiorizada del  habla social, hecho social y psicológico al mismo tiempo.

Descontextualización de los Signos Mediadores

La descontextualización es el principio que explica la historia de los signos que, en  su origen,  surgieron como recursos mnemotécnicos y medios de cálculo, al igual que el lenguaje y su relación con el pensamiento.  La descontextualización supone el cambio genético cualitativo en la naturaleza del desarrollo superior y reemplaza  a la evolución de Darwin desde el momento de la aparición de la cultura.

Con la descontextualización las funciones mentales se transforman en superiores al  independizarse los signos mediadores del contexto en que se emplean. De este modo, los signos primarios adquieren progresivamente un carácter abstracto.

La independencia del contexto implica un desarrollo progresivo que  pasa por diversas etapas. Como ejemplo de descontextualización en el lenguaje, las etapas se suceden desde el habla infantil, que, desde la utilización contextualizada o rudimentaria de los signos, progresa hasta la descontextualización alcanzando la abstracción, lo que supone el funcionamiento psicológico superior.

Así, según el marco teórico de Vigotsky, las diversas etapas del desarrollo de la contextualización formarían parte del funcionamiento psicológico superior rudimentario. (Werstch, 1995)

Vigotsky  explica la descontextualización de los signos a partir del sistema de numeración. En el desarrollo infantil los números representan unidades de objetos tangibles o visibles   -concretos-. Se emplean también los dedos para representar la concreción de las unidades. La práctica de la numeración contextualizada produce  su interiorización que, al ir transfiriéndose a diferentes objetos – concretos-, es comprendida  por el sujeto de forma descontextualizada. De esta forma el signo se desarrolla y prescinde de objetos representativos,  aplicándose como una idea  abstracta de cantidad.

Al fin y al cabo no necesitará una operación intermediaria,  El niño, después de ejercitarse, dirá el resultado directamente. Así ocurre en todo cálculo cuando desaparecen todas las operaciones mediadoras y el estímulo provoca directamente el resultado debido. (Vigotsky, 1931).

Con respecto a los signos lingüísticos, Vigotsky analizó cómo el  significado de las palabras adquiere el carácter de conceptos o abstracciones en el desarrollo sociocultural humano. A partir de la interiorización del  lenguaje,  las palabras desarrollan su significado y se aplican a conceptos generales. Del mismo modo, los hablantes progresan en la expresión desde relatos de hechos simplemente descriptivos, hasta la elaboración mental de ideas generales por medio de la abstracción.

Luria y Vigotsky (Werstch, 1995) encontraron en sus investigaciones la gran diferencia  que establece la alfabetización en cuanto al empleo de los instrumentos de mediación.

Los efectos de la alfabetización, junto con la experiencia en la educación formal, revelaron un desarrollo significativo de la mediación descontextualizada durante la ontogénesis, especialmente en el lenguaje. Los sujetos alfabetizados  utilizaban conceptos descontextualizados  y afirmaciones; sin embargo, los sujetos analfabetos sin experiencia en la educación formal tenían dificultades en los mismos casos.

En el primer caso revelaron mayor capacidad de utilizar el lenguaje expresando conceptos e ideas propias sobre la realidad, además de obtener conclusiones verbales sobre premisas dadas. En el segundo caso, la falta de formación limitaba a los sujetos a evocar experiencias prácticas con escaso desarrollo  lingüístico.

Las instituciones educativas formales tienen la ocasión de aplicar técnicas cognitivas generales y formas de abordar los problemas que, junto con la lectura y la escritura, influyen en el desarrollo de las nuevas formas de pensamiento. (Mehan, 1979, en Werstch, 1995)

La lógica conclusión de Werstch se refiere a la imposibilidad de establecer una única dicotomía entre sujetos alfabetizados, escolarizados y sujetos sin ninguna de estas características. La capacidad de utilizar instrumentos de mediación descontextualizados y formas avanzadas de funcionamiento psicológico superior depende de relaciones más complejas.

Es posible contemplar la alfabetización sin habilidad para utilizar instrumentos de mediación descontextualizados y sin formas avanzadas de funcionamiento psicológico y es posible observar la alfabetización con una descontextualización pero sin tendencia a utilizar formas avanzadas de funcionamiento psicológico superior en la ejecución de una determinada tarea. (Werstch, 1995).

En este sentido, Vigotsky afirma que los experimentos demuestran  que  es frecuente que niños de más edad y adultos no lleguen a descubrir ni a comprender el significado convencional de la palabra ni la relación entre el signo y su significado en toda su vida.

Vigotsky, siguiendo a Pavlov, resume el concepto de significación comparándolo con la comunicación telefónica. El cable telefónico que une dos puntos es similar al reflejo incondicionado. En el caso de una centralita telefónica pueden establecerse conexiones infinitas que responden a diferentes necesidades.  La corteza cerebral, como órgano de cierre de los reflejos condicionados, viene a ser semejante a una centralita telefónica. (Vigotsky, 1931)

Vigotsky define el desarrollo sociocultural como la única forma posible de que el hombre  desarrolle las funciones psíquicas superiores. Resume los grandes logros de la humanidad, los medios externos de la cultura como el lenguaje, la escritura o la aritmética, obtenidos gracias a los signos. Incluye en dichos logros el perfeccionamiento de  las propias funciones psíquicas, es decir, la formación de la atención voluntaria, la memoria lógica, el pensamiento abstracto, la formación de conceptos o el libre albedrío.

El estudio del desarrollo cultural de las funciones psíquicas nos permite trazar el camino del desarrollo de la personalidad del niño. En ello se manifiesta el intento de crear la psicología del hombre, que es la meta de toda nuestra investigación. (Vigotsky, 1931).

Publicado el 6 de Abril de 2020 por Josefina Alborés Núñez

Bibliografía/ Webgrafía

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Werstch, J.V.: 1995: Vigotsky y la Formación Social de la Mente. Paidós, Biblioteca Cognición y Desarrollo Humano. Barcelona   

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